Verdades esenciales.

Empieza el día con una sonrisa, y verás lo divertido que es ir desentonando con el mundo. Olvidemos esas noches pasadas por lágrimas, esas malas cargas y esa rabia que nos llevan a hacer las cosas a loco, sin pensar en las consecuencias. Demuestra que lo correcto no siempre es lo que nos hace feliz y que todas las personas te harán daño, solo hay que encontrar a esas personas por las que valga la pena sufrir. Entiende que los 'para siempre' siempre terminan y los 'jamás' nunca se cumplen y aprende que si no le echas cojones, la acabarás echando de menos. Comprende que el orgullo no engorda y que solo amarás a una persona cuando su felicidad te importe más que la tuya; que la vida es eso de alegrarte los sábados, y de joderte los lunes. Que sin celos, no hay amor y que lo imposible solo cuesta un poco más. Que ojalá coincidamos en otras vidas, no tan tercos, ya no tan jóvenes, no tan ciegos ni testarudos, sin razones sino pasiones; sin orgullo. Si pretendes hacer feliz a alguien, hazle de todo menos falta y quítale de todo menos la sonrisa. Prefiere que te partan la cara y no el corazón, que las heridas se curan pero los recuerdos no. Que hay palabras que no son balas, pero hieren igual. No temas al fuego, pero sí a las cenizas. Que puedes engañar al mundo... ¡pero no puedes engañarte a ti mismo!. Que las penas no se olvidan... ni con porros ni bebidas. Cómete el mundo y no la cabeza. Ten cuidado cuando pases por la calle, que no todos son amigos, muchos son personas con disfraces. Y sobretodo, sonríe, eso les jode.